Hera fue la diosa griega del matrimonio, de las labores del hogar, de la maternidad y de la familia. Ocupaba un lugar de autoridad entre los dioses porque era hermana y esposa de Zeus. Se la veneraba como la reina del Olimpo.
Hera fue hija de los titanes Cronos y Rea. Fue devorada por su padre al nacer, porque este temía ser destronado por alguno de sus hijos. Su hermano Zeus, salvado por Rea, se enfrentó a Cronos, le abrió el estómago y liberó a Hera junto con el resto de sus hermanos.
Hera se convirtió en la esposa de Zeus. Si bien se la veneraba como la diosa de la maternidad y el matrimonio, fue una esposa celosa y vengativa. Zeus cometía constantes infidelidades y Hera emprendía persecuciones contra sus amantes y contra sus hijos ilegítimos. Tal es el caso Hércules, por ejemplo, héroe al que profesaba un odio eterno. Con Zeus tuvo tres hijos: Ilitía, Ares y Hebe.
Se la representaba de cuerpo entero, llevando una corona cilíndrica (llamada polos). Se la asociaba con los símbolos del pavo real, el león, la vaca, el fruto de la granada y la cápsula de la amapola.
Fue una de las primeras diosas en ser venerada por los griegos antiguos, especialmente en la región de Samos, donde abundaban los templos en su honor.